Fuente:Helen Mar Kimball:Las mujeres representativas de Deseret:He alentado y sostenido mi marido en el orden celestial de matrimonio

Tabla de Contenidos

Helen Mar Kimball: "He alentado y sostenido mi marido en el orden celestial de matrimonio porque sabía que estaba en lo cierto"

Helen Mar Kimball:

Todos mis pecados y defectos se magnifican ante mis ojos hasta que yo creía que había pecado más allá de la redención. Algunos pueden llamarlo los frutos de un cerebro enfermo. No es nada sin una causa, sea como fuere, era una realidad dispuestos a mí. Durante esa temporada perdí mi discurso, olvidé los nombres de todos y de todo, y estaba viviendo en otra esfera, las lecciones que me sirvan en tiempos futuros para mantenerme en el camino angosto de aprendizaje. Me quedé un pobre ruina de lo que había sido, pero el diablo con todo su pequeño pensamiento astuto, que era apropiado y preparar mi corazón para cumplir su destino ....

Después de pasar uno de los días más felices de mi vida me mudé a hablar con mi madre. Sabía que su corazón estaba agobiado en el dolor y estaba lleno del Espíritu Santo. Hablé como nunca lo hizo antes, yo era demasiado débil para hablar con una voz tan (de mi propia fuerza), al lado, yo nunca hablé con tal elocuencia, y ella sabía que no era yo. Ella estaba tan afectada que ella sollozó hasta que yo dejé. Yo le aseguró que el padre la amaba, pero él tenía un trabajo que hacer, tiene que elevarse por encima de sus sentimientos y buscar el Santo Consolador, y aunque alquilar su corazón ella lo debe defender, porque en la adopción de otras esposas habían hecho sólo en obediencia a un principio sagrado. Mucho más que dije, y cuando dejé, ella se secó los ojos y me dijo que descansar. No me había sentido cansada hasta que ella dijo esto, pero luego comenzó a sentir que me hundía distancia. En silencio oré a ser renovado, cuando mi fuerza regresó ese instante ...

He alentado y sostenido mi marido en el orden celestial de matrimonio porque sabía que estaba en lo cierto. En varias ocasiones he sido sanado por el lavado y unción, administrado por las madres de Israel. Todavía estoy ahorré para dar testimonio de la verdad y la santidad de este trabajo; y aunque mi felicidad una vez que consistía en trabajar por los que amo, el Señor ha tenido a bien privarme de fuerza física, y me enseñó a 'emitir mi pan sobre las aguas' y después de muchos días mi espíritu anhelo fue ovacionado con el conocimiento que Él tenía una obra para mí hacer, y con él, sé que todo es posible ...[1]

Notas

  1. Augusta Joyce Crocheron (author and complier), Representative Women of Deseret, a book of biographical sketches to accompany the picture bearing the same title (Salt Lake City: J. C. Graham & Co., 1884).